Violencia Sexual y Conflictos Armados

Listen, un corto para seguir afirmando los derechos de la mujer

listen-iijSe apagan las luces y se ve el primer plano de una mujer en la pantalla. Se reconoce por la voz porque la cara la tiene tapada, como el resto de su cuerpo. Está asustada, agobiada. En una comisaría de un país que no es el suyo. No puede comunicarse en su idioma y la policía parece que no la entiende. Tiene una traductora pero eso no sirve de mucho.

Listen (escucha) es algo más que el título de un corto, es una invitación a la escucha ante los malos tratos que siguen sufriendo mujeres de todo el mundo.

“Váyase a casa y rece. Alá escuchará sus oraciones” le dice la policía haciendo exactamente lo contrario del título. La mujer sigue tratando de explicar que no hay marcha atrás, que si vuelve a casa será el final para ella y para su hijo. “Mi marido me matará y después a Yussuf”. Un Yussuf en absoluta calma. Escuchando música en silencio, esperando a que su madre pase ese “trámite”. No entiende lo que pasa. Para él probablemente sea algo normal ver a su padre maltratar a su madre.

Sube la temperatura, las voces. Siguen sin entenderse. Hay algo que llama la atención de la policía por encima del resto: esos gestos que hace la mujer con la mano llevándosela al pecho y a la cabeza. “Es porque se siente culpable”.

Choca tremendamente la tranquilidad de Yussuf con la alteración de la madre. Ella no quiere que sepa el marido que está en comisaría. No puede enterarse. El hijo desconoce la situación y le explica al padre donde están.

La policía entiende que no puede hacer más. Invita a la mujer a volver a casa a pesar de que ella implora, suplica, clama que no quiere hacerlo. El hijo le dice que papá vendrá a recogerlos y ella se pone aun más nerviosa, aun más asustada. “No te preocupes mamá, ya soy mayor, puedo defenderte“. Parece que Yussuf sigue sin escuchar, parece que el mundo tampoco.

Fundido a negro y aparecen las letras de Rungano Nyoni y Hamy Ramezan, directoras de este corto, dejando la historia inacabada, obligándonos a pensar en un final probablemente cruel. No hacen falta más minutos. Sí hacen falta más obras como esta de denuncia, de reivindicación, de realidad, obras para seguir afirmando los derechos de la mujer.