Experiencia de SVE de Toñi Benítez en Letonia

La idea de realizar un voluntariado fuera del país me rondaba la cabeza desde hacía tiempo. Estaba terminando mi máster y me encontraba en el momento de decidir qué hacer a continuación, hasta que una amiga me habló de la Iniciativa internacional joven y del Servicio de Voluntariado Europeo.

Tras algunos meses enviando solicitudes para proyectos me llegó la propuesta de hacer el voluntariado en un centro juvenil en la ciudad de Ogre (Letonia). Tenía que partir unas semanas después y conocía poco acerca del proyecto y del país en el que iba a vivir pero aun así decidí aprovechar la oportunidad. Y fue una decisión más que acertada.

Como en la mayoría de casos pasé mi primer mes de turbulencias hasta que llegó un día en el que me di cuenta que estaba totalmente adaptada. Para mí el SVE ha sido una experiencia de intercambio cultural impresionante: he conocido voluntarios procedentes de diferentes países y me he sentido realmente involucrada en la cultura letona, viviendo en una casita preciosa, conociendo a su gente, aprendiendo sus bailes, su idioma y viajando por los bálticos. Esto ha tenido un doble efecto en mí porque ahora aprecio más cada cultura y también la mía propia.

Creo que la experiencia de voluntariado puede variar mucho dependiendo del proyecto que elijas pero en cualquier caso siempre es enriquecedora. Yo mejoré bastante mi inglés (que es algo que muchos buscamos) y desarrollé mucho mi sentido de iniciativa e independencia ya que los voluntarios creábamos nuestras propias actividades en la organización y además proponíamos ideas para aplicar en colegios, en residencias de ancianos o en guarderías. Recuerdo con mucho cariño a todos los jóvenes y niños que asistían a nuestras actividades.

También tengo que hacer mención de las dificultades porque generalmente suele haberlas y yo también las tuve: puedes tener problemas con la organización o con tu coordinador pero nada que no se pueda solventar de alguna forma. Además, siempre cuentas con el apoyo de otros voluntarios entre los cuales yo hice muy buenos amigos.

Me siento muy feliz por todo lo que he aprendido y vivido en Letonia. Si os interesa este tipo de experiencia yo os animo a que os lancéis a ello. No os arrepentiréis J

Toñi Benítez