Experiencia de Ramses Ilado como SVE en Grecia

Mi experiencia en EVS ha sido en Grecia durante 6 meses, un tiempo que nunca olvidaré. Al principio cuando llegue a Atenas estaba bastante nervioso, pensaba, viviré 6 meses con 10 completos desconocidos, ¿me llevaré bien con ellos? ¿Encajaré en el grupo? Pero nada mas llegar me di cuenta de que mis miedos fueron infundados, conocí a gente muy abierta de mente, que me aceptaron e integraron fácilmente, y desde entonces todo ha ido genial. Como no siempre hay esas típicas pelas que surgen cuando vives demasiado con la misma gente, o por asuntos del piso, pero siempre queda de lado. Pues lo importante aquí es venir para disfrutar la experiencia.

Después de las primeras semanas de talleres para conocernos mejor entre nosotros y conocer mejor a la organización, empezamos con las actividades. En mi caso, con refugiados. Mi trabajo consistiría en enseñarles inglés, lo cual se me hizo bastante difícil pues al no tener una lengua común, tienes que recurrir a la pantomima. Al principio fue difícil, pero cuando le pillas el truco te resulta muy útil y llegas a ser capaz de hablar con cualquier persona, da igual si fuese griega, farsi o árabe, que con pocas palabras y muchas pantomimas puedes expresar toda una historia, reír, y como no, crear lazos. El conocer a los refugiados ha sido una de las cosas mas sorprendentes de mi vida, pues me contaron sus historias, historias de sufrimiento, pérdida, guerra, miedo, dolor… y aun así son las personas mas felices que uno puede conocer, son fuertes y sonríen siempre mirando hacia el futuro, con la esperanza de conseguir algo mejor, no importa cuantas dificultades haya que ellos siempre darán lo mejor de sí. Son gente muy amable y generosa, y siempre abiertos a nuevas personas. Por eso llegué a ser un gran amigo de ellos. Hay una familia en particular de refugiados con la que estuve, con la que cree fuertes lazos. El marido y la mujer siempre están bromeando, siempre hablando de su cultura, de como las cosas pueden mejorar, de como hay que ver siempre el lado positivo de la vida, y como Dios les ayuda a ello. Puede que yo no sea muy religioso, pero tengo que decir que esa fe ciega y ese amor que ellos expresan es una de las cosas mas bonitas que uno puede ver. No amor a la institución de iglesia, sino el creer que hay alguien velando por ti en todo momento.

He compartido grandes momentos con ellos, hemos jugado al fútbol, baloncesto, volleyball, nadado, playa, barbacoas, cenas, comidas… La lengua nunca sera una barrera para conocer a las personas, todo lo que necesitas es una sonrisa, las ganas y motivación para hacerlo posible.

Así que totalmente recomiendo hacer el SVE, pues es una de las mejores experiencias de mi vida, es como nacer en otro país del que no sabes nada, y vas descubriendo cada cosa que te fascina. Yo me he enamorado de Grecia, de la gente, de la comida, la historia, cultura y de sus maravillosos y mágicos paisajes. Solo hay que ser un poco valiente, salir de tu círculo de confort y atreverte a ello, lo mejor no viene mientras estas sentado en un sofá; tienes que salir a por ello.