Experiencia SVE de Cristian en Polonia
El 7 de febrero empezó mi “lluvia de estrellas” particular. Cuando crucé el control del aeropuerto diciendo adiós a mi familia, se fue un Cristian que, tras 5 meses, volvió, pero no siendo el mismo.
Para muchxs de vosotrxs no será la primera vez que viviréis la experiencia de independizarse, ya que habréis hecho Erasmus o trabajado en el extranjero pero, para otro gran grupo (en el cual me encontraba yo), será la primera vez que dejaréis todo atrás y empezaréis a, como decía aquel spot comercial de Coca-Coca: ver una viiiidaaa nueevaaa. ¿Cómo fue mi experiencia durante mi SVE? Vamos a ello de forma rápida:
Estuve durante medio año viviendo en la planta superior de un instituto en un pueblo de no más de 3000 personas, donde muchas mañanas tenía que pasar entre alumnxs que estaban examinándose en el pasillo (ya que era el lugar más amplio del edifico) con mi toalla y cosas de aseo. Lo mejor era cuando no me lo esperaba y salía únicamente con la toalla (con suerte cubriéndome la poca dignidad que iba a perder). Mi compañera de proyecto fue “invitada” a volver a su país de origen puesto que resultó tener ciertos problemas emocionales que le motivaban a decir a todo el mundo (profesores del colegio, amigxs que iba conociendo…) que era un manipulador, además de incitar a los demás a ser cómplice de la maldad que decía que yo albergaba en mi ser. Abandonó el proyecto cerca de los 2 meses de éste, por lo que durante los restantes, a pesar de tener unas maravillosas mentoras, la soledad llamó a mi puerta y me acompañó durante algunos largos días en un pueblo donde la vida social estaba muy reducida.
Pero una cosa está clara: de lo comentado anteriormente no lo catalogaría como negativo, sino positivo. Incluso me atrevería a decir que serán recuerdos que jamás olvidaré. Luego está, evidentemente, las amistades que estableces para la toda la vida; viajar y conocer mundo, sobre todo una cultura diferente; aprender o mejorar idiomas…
El único consejo que me gustaría dejar para los futuros voluntarios es el que me regaló mi instructor en la formación de salida: nunca digas no. Vivirás buenas y malas experiencias, pero sed inteligentes y buscarle el lado positivo a todo. Sé que en el momento es difícil, pero con paciencia te darás cuenta de que estás aprendiendo a pasos agigantados.
